Este es el título de una
canción muy bonita que cantábamos en uno de los colegios donde estudié, La
Salle, en nuestra clase de religión. La recuerdo perfectamente:
“Dame un nuevo corazón
señor, un corazón para adorarte, un corazón para seguirte, yo quiero un nuevo
corazón señor. Limpio como el cristal, Dulce como la miel, Un corazón que sea
como el tuyo señor”
Hermosa canción y con un
mensaje espectacular, porque a veces en este camino de la vida llegamos en un
momento determinado a sentir que necesitamos renovarnos, la gente siente ese
llamado de su alma, y las mujeres comienzan a cambiar de look, y los hombres de
corte, crema de afeitar, se quitan o dejan bigotes, candadito etc. Sin embargo
no se trata de la parte externa sino de nuestro interior.
Recuerda que todo, todo
proviene del ser, si te sientes bien contigo mismo (a), estas en paz, en
armonía eso se proyecta al exterior. De hecho las personas más bellas no son
las que tienen un físico perfecto, pues no, son aquellas que tienen una energía
tan maravillosa y especial, no proviene del bisturí, ni del maquillaje sino de
su ser interior.
Ahora bien, ¿es necesario
que nos den un nuevo corazón, hacernos un trasplante? Pues no, es liberar, soltar y empezar a sentir y ver el
mundo de una nueva manera.
Y eso es hermoso, porque a
pesar de todo tu pasado, por muy malo que hayan sido tus pensamientos, tus
acciones, tus experiencias Dios es tan misericordioso que te brinda su perdón,
su amistad, su amor. Cada amanecer, cada día, hora, minuto o segundo están allí
para darnos la oportunidad de renovar nuestro interior.
¿Cómo se logra? Dejando
atrás lo que no te hace ser feliz, soltando el rencor, miedo, rabia, ira,
tristezas, culpa es decir todo el MALESTAR. Perdonando y perdonándote.
Entrégale todo eso al cielo y allí puedes decirle a Dios dame un nuevo corazón.
Si te lo escribo en
criollito, a lo venezolano : “chamo (a) sencillamente dejando los rollos atrás,
renunciando a la telenovela, al drama…. Dejando de ser enrollados, olvídate de
todo eso y conéctate con la buena vibra”
Cuando sueltas lo que te
causa malestar, vas a tener el alma renovada, limpia como el cristal y dulce
como la miel. Al ser consciente de ello, ese corazón es agradecido con Dios. Y
ya no sólo veras el mundo con el sentido de la vista sino con los ojos del corazón,
que no es otra cosa que el amor.
Puedes buscar lo que te
acerque a Dios, sin embargo este nuevo corazón sólo lo tendrás de tu relación
directa, única y personal con él.
Como ya he comentado en otras
oportunidades cada quien tiene su proceso en este paseo y debe transitarlo.
Como quien dice el que esté libre de pecado que lance la primera piedra, además
si una persona está errada no implica que sea mala, pues el tiempo, el recorrer
de su camino le dará el aprendizaje que necesita.
Eso es lo maravilloso que
cuando estas listo y te llega el despertar pareciera “magia” : el Universo abre
para ti sus puertas, todo es aprendizaje. Es como si te quitaran un vendaje de
los ojos.
Y si en algún momento
sientes que has perdido tu conexión con Dios no te preocupes, sólo te has
distraído, porque el Todopoderoso y el cielo siempre han estado allí.
Nunca es tarde, en el
momento que lo decidas y pidas con toda la humildad de tu alma tu corazón
renacerá. ¿Qué debes hacer? Orar con tus propias palabras, abrirle el corazón a
Dios, buscar tiempo y un lugar en el cual puedas hablarle con toda la sinceridad
de tu alma. Todo, lo que se hace desde el amor de tu ser es escuchado por el
cielo, lo certifico. No hay nadie en este mundo que te conozca más que nuestro
padre.
Nosotros busquemos esa
conexión con Dios, pedirle nos de un nuevo corazón para alabarle, darle las
gracias cada día. Un corazón que nos permita ser transparentes y bondadosos,
que estos caminos no lo endurezcan. Le pedimos que sane nuestras heridas,
porque a veces no tenemos heridas físicas sino del alma.
Rezo a Dios porque nos de un
nuevo corazón abierto al amor, a las cosas buenas de la vida, al bienestar, dispuesto
a dar y recibir, que se conecte con la alegría, paz, con la risa y la belleza.
Voy a cerrar con la famosa
frase del principito “lo esencial es invisible a los ojos”, también cito la
canción de Jesús Adrián dedicada a Dios: “Mi corazón puede sentir tu presencia tú
estás aquí, puede mirar tu hermosura y sentir tu gran amor”. Porque te cuento algo, esto que llamamos vida
está lleno de amor, fiesta, color, belleza, abundancia y armonía por todos
lados; por eso no cierres tu alma, tu pensamiento a la magia de la creación de
Dios.
Pidamos al padre con
humildad “Dame un nuevo corazón para volver a ser feliz”
Namaste
Egleé Yadira
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