domingo, 9 de julio de 2017

Misión de Vida


Es un tema sumamente interesante, del cual quería escribir hace algún tiempo, porque a la gran mayoría nos da curiosidad en algún momento plantearnos la siguiente pregunta ¿Cuál es mi misión de vida?.  Es algo trascendental para cualquier persona.
Si buscamos la definición de “misión”, nos indica que es la razón de ser de algo o alguien, o un trabajo en particular que debe cumplir una persona o grupo. Entonces cuando decimos “Misión de Vida” es lo que alguien viene a cumplir en este camino de su existencia, la razón de ser que esté acá con vida.
¿Qué vine a hacer a este mundo?  Hay mucha gente buscando respuesta a esta pregunta, y acuden a brujos, adivinos, psicólogos, amigos, etc., para que alguien les diga algo al respecto
Hemos visto a lo largo de las historia, la misión de los mesías, y también de las personas que han tenido ideales y han logrado algún aporte significativo en la evolución de la humanidad tanto a nivel científico, político, artes, etc. Y muchos dicen “ese hombre estaba destinado para eso”  “esa era su misión”.
Bueno en realidad nada ocurre por casualidad, si algo aprendí es que nuestro padre celestial es un Dios de propósitos. Todo tiene una razón de ser, y nosotros tenemos un propósito de estar acá. Quizás no todos somos elegidos para salvar un país, o para ser inspirados en la invención de una vacuna para una enfermedad, etc., no obstante si existe una misión para cada uno de nosotros.
Me encantó este párrafo que me llegó anónimo por el internet: “Todos tenemos un propósito, cada semilla, cada ave, animal, célula, y estrella tiene un propósito por el cual existen”
Si aún estás en esa búsqueda y  sientes que no has encontrado ese propósito, ten calma. Hay una frase circulando por las redes sociales que me encanta dice algo parecido a esto “¿y si la vida no te exigía tanto, sólo se trataba de que fueses feliz”
¿Cuál es el propósito de que estés aquí en este tiempo? 
¡VIVIR! ese verbo que se lee tan rápido, pero que es tan profundo, y que muchos de nosotros tenemos una idea errada sobre lo que significa,  creemos que se trata de trabajar, dormir, comer, etc. De lo rutinario, de vivir para “trabajar y luchar”. Nacer, crecer, quizás reproducirnos y morir…  ¿eso es vida? Es más que respirar…
Te invito a realizarte la siguiente pegunta ¿què significa para ti vivir?
Vivir se trata de disfrutar al máximo de la creación de nuestro padre. Es deleitarse intensamente el alma en cada momento, en cada etapa. Consiste en regocijarse, sentir,  gozar, de estar en el aquí y en el ahora..
Desde que somos recibidos por el amor de una madre, de una familia. Las primeras ilusiones, el primer amor, primer beso, compartir con tus seres queridos, con tus amigos, los juegos de la niñez, la adolescencia, excursiones, formar una familia, nacimiento de un bebé,  tantas experiencias maravillosas y únicas.
Embelesarnos con un amanecer, la luna llena o el sol desapareciendo en el horizonte.
Amar, reír, soñar y también llorar, experimentar alegrías y tristezas.
¡Vivir es una grandiosa aventura!,
De eso se trata “vivir”, y quizás surge la siguiente pregunta, ¿entonces todos tenemos la misma misión? Nuestro primer objetivo es disfrutar, ser felices, ser nosotros mismos, ser plenos.
Sin embargo cada quien viene con una misión particular, con un proceso de evolución distinto, con talentos únicos. Ante Dios todos somos iguales, a nivel de amor como hijos, sin embargo cada quien trae un equipaje completo y distinto para dar lo mejor de si y desempeñar su rol.
Hay quienes traen en ese equipaje talentos artísticos, otros por las matemáticas, para la cocina, investigación, etc, son dones que les fueron dados para cumplir su objetivo en este plano.
Muchos autores indican que ese propósito está relacionado con lo que nos hace felices, encontrarlo la te da felicidad y la alegría de vivir. Claro, pues cuando tienes ese faro que te guía, sabes hacia donde te diriges te motivas, apasionas por ello.
Sin embargo a nivel espiritual, quiero citar algunas palabras de la canalizadora colombiana  Ana Mercedes Rueda ella comenta que la misión es aquel aprendizaje importante que debemos buscar recibir para nuestro crecimiento y evolución espiritual, lo que venimos a experimentar o aprender atravesando diversas situaciones o circunstancias que se presentan en el camino de nuestra existencia.
La misión no sólo está relacionada con nuestras habilidades, y con lo que nos gusta, pues no vamos a ser “come flor” y caernos a mentiras, en la vida en ciertas ocasiones experimentamos circunstancias difíciles, tristezas, decepciones, accidentes, fracasos etc. Cosas que nos desagradan pero que debemos aceptar y superar para evolucionar, crecer, aprobar la prueba que la vida te está colocando porque no es otra cosa que una preparación que contribuye a tu razón de estar aquí.
Las personas que conoces en esta travesía tienen un por qué, cada escenario en el que te desenvuelves también. A veces hacemos el papel de alumnos y en otras oportunidades de maestros, es un proceso de aprendizaje continuo, ¿Qué me aporta este trabajo o relación? Y debemos ser conscientes del aprendizaje para avanzar.

¿Quién me dirá cuál es mi misión?
Bueno, eso en primer lugar no te lo va a decir nadie, no hará falta que vayas donde un adivino, psicólogo, ni tus jefes, ni tus padres, nadie te lo puede decir; eso se descubre escuchando tu voz interior. En ti, en tu corazón radica la respuesta.
Por eso hago tanto hincapié en conectarnos con nosotros mismos, en conocernos, en ser auténticos y fieles a nuestra esencia.
Es cierto existen profesionales formados para guiar, orientar en procesos personales; sin embargo la certeza la tendrás en tu interior.
Y una vez que la sientas debes tener la valentía de seguir la voz  de tu ama.

¿Cómo la consigo?
La única forma de encontrarla es viviendo, recorriendo tu camino, en tu día a día, estando en el presente. No hace falta que la busques ella se te revelará. Vas a recibir señales, casualidades y eso resonará en tu ser.

¿Cuándo?
El tiempo de Dios es perfecto y eso sucederá cuando estés preparado, ni antes, ni después.
Es por eso debemos confiar, hay personas que pasan por etapas que son  necesarias para prepararlos a lo que será su misión, como si fuese una escuela en las que cursan varias materias y niveles.

Existe un término muy de moda en estos últimos años denominado sincronicidad, la llaman la ciencia de las coincidencias significativas, de la cual escribe Deepack Chopra, que en palabras sencillas es como un rompecabezas, que a medida que vas andando en tu camino se va uniendo pieza por pieza hasta que te das cuenta que todo tiene sentido.
Entiendo de la sincronicidad, que todo está entrelazado a través de una telaraña invisible, a través de señales, llamadas, casualidades, personas, situaciones y siguiendo la voz de tu alma todo se conecta, tiene un significado. Y llega el momento en el que vas a decir esto es”.
Otro aspecto importante es confiar en Dios, fluir. Pues es en el “no fluir” que nos damos golpes y tropiezos, por ejemplo se nos cierra una puerta y nos quedamos allí viéndola, pensando en ella, hacemos hasta huelga de hambre y nos encadenamos a las rejas, intentamos tumbarla; y lo que la vida  está indicando que tal vez esa no es la puerta indicada, sólo tienes que ver alrededor y te percatarás que existen otras más beneficiosas para ti. O tal vez, sólo te está diciendo “no es el momento”.
Y sin ir muy lejos, me tomo el atrevimiento de colocar el ejemplo de nuestro venerable José Gregorio Hernández, el sintió su misión, el llamado en su alma  de servirle a Dios e intentó ingresar al seminario, sin embargo no pudo. La vida le indicó que esa no era la puerta, su misión evidentemente no consistía en ser sacerdote; tuvo que fluir  y encontró en su profesión de médico y profesor universitario  la forma de servirle al prójimo y a nuestro padre todopoderoso de manera excepcional. Es como dicen por allí  “donde sea que Dios te haya plantado: Florece”
No fluir es como nadar contra la corriente, imagínate lo difícil que es eso. Todo tiene una razón de ser en nuestro recorrido, lo que llamamos “fracaso” no es otra cosa que una oportunidad de aprendizaje que necesitamos quizás preparándonos  para algo más grande. Por ello es trascendental ser una persona optimista, que ve el lado bueno de cada circunstancia, si algo no te favorece pregunta ¿cuál es el aprendizaje? Y si no lo ves, no lo obtienes allí, no te preocupes la vida te  la repetirá nuevamente con otros protagonistas.
Otro aspecto importante  es el servicio que se presta a  través de tu misión, preguntarte ¿cuál es la mejor manera en que puedo servir a la humanidad?, pídele a Dios te muestre la forma, y te llegarán las señales, la respuesta de como  ser útil a través de tus talentos, aprendizaje y vida. Es una forma de que tus proyectos estén alineados y bendecidos con el plan divino, que tengas esa capacidad  y disposición de dar.
Entonces para encontrarnos con nuestra misión de vida, autorealizarnos con nuestros dones únicos es imprescindible lo siguiente:
·         Vivir a plenitud día a día.
·         Conocernos
·         Escuchar nuestra voz interior
·         Valentía y determinación para seguir nuestra intuición
·         Fluir y confiar en Dios, en tus capacidades y en la vida.
·         Aceptar, obtener el aprendizaje.
·         Acción
Nuestra misión nunca está directamente relacionada con obtener lo material, sino en algo más maravilloso y sublime que es lograr que tu corazón sonría, los deseos más nobles de tu alma, siendo tú mismo, con honestidad contigo y ante la vida, con tus talentos y todo lo demás vendrá por añadidura.
Hace algunos meses recibí como mensaje esta frase “La vida es magia, La vida es magia”, y es cierto pero no de la que hacen los brujos, o el Sr. Copperfield de las Vegas,  sino el poder de creación que reside en nosotros y que el universo apoya; si aún no se te ha revelado tu misión no te preocupes, vive, goza, disfruta de tu existencia, en tu camino la encontrarás y lo sabrás dentro de ti.
Lo primero es aceptar como misión “amar la vida”, con agradecimiento a Dios hazlo y verás que todo se convierte en una aventura fascinante.
¡Disfruta!  ¡Ámala! De ti depende hacerla bonita, “sé digno(a) de vivir”, se te ha dado para que seas feliz,  hay muchos que desearían tener la oportunidad de aunque sea tener unos meses o un año más.
Ayer estuve viendo en tv una entrevista a una animadora venezolana que viene de atravesar una situación delicada de salud, y ella comentó algo que quiero destacar: “la gente le decía que siempre había sido una mujer luchadora y guerrera, en la circunstancias en las que se encontraba debía luchar, y ella se dio cuenta que realmente lo que quiere es vivir”, su proceso de aprendizaje a través de la enfermedad le reveló que vivir no es una lucha, sino que hay que fluir, disfrutar de cada momento en el presente.
Y para cerrar una expresión que le escuché a una canalizadora revela que la vida no se nos dio para hacer, sino para “Ser”.  Eso es lo más importante, ser uno mismo, ser feliz, ser pleno, ser el hijo predilecto de Dios.
El tiempo es ahora, en el lugar, en la circunstancia en la que te encuentres, amar tu vida debe ser prioridad, y vas a poder elegir lo que haga sonreír tu corazón, lo que te permita “SER” en toda su expresión.

Bendiciones
Egleé Yadira


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