Una de las herramientas más útiles que he conocido en este tiempo para el desarrollo tanto personal como espiritual es tomar conciencia del poder de la palabra.
Hemos escuchado frecuentemente el dicho de que
“las palabras se las lleva el viento” pues no es así de fácil, resulta
que ellas dejan huellas, pueden crear o destruir.
Ellas influyen negativa o positivamente, tienen un poder enorme, y muchas
personas lo desconocen. Es importante resaltar que conociendo su impacto podemos utilizarlas
para la transformación de nuestras vidas.
La mecánica de creación es: pensamiento-sentimiento-palabra
= obra, ya que a través de lo que decimos apoyamos lo que pensamos, muchas
veces sin saber que nuestro subconsciente no sabe de bromas y cuando expresamos
verbalmente algo lo toma como una verdad absoluta. No distingue entre lo
verdadero y falso, entre correcto e incorrecto. No nos conviene decir: “Que
mala soy para esto” “que bruto soy”” es que nunca me he ganado algo” cualquier
frase que repitas constantemente tu mente la tomará como verdadero y esa será
tu realidad.
Como se mencionó en el párrafo anterior el pensamiento va apoyado de la expresión
y así como muchas veces pensamos negativamente, hablamos de lo peor, y usamos esta
herramienta indiscriminadamente.
Es importante que nos concentremos en manifestar, expresar bienestar y poner
atención en lo que decimos, para empezar a practicar decretos y afirmaciones
positivas que nos ayuden a sustituir creencias negativas del pasado. Quiero
resaltar estas dos frases: “hablar en
positivo” “tener el enfoque en lo que nos gusta, en lo que nos agrada, en lo
que queremos lograr”
Pues resulta que muchas personas quieren dinero, abundancia, sin embargo se
la pasan hablando negativamente, colocando su atención en la pobreza, en la
escasez y la queja. Otros quieren sanar, no obstante a todas partes que llegan
hablan es de sus dolencias, achaques, de gente que está enferma etc. Colocan su enfoque en lo que no quieren, y
apoyan esos pensamientos con su diálogo diario. ¿Qué están creando? ¿Qué están
reforzando con su hablar?
A partir de ahora comienza a
escuchar lo que dices, es un ejercicio muy útil si quieres hacer una
transformación en tu vida, porque poniendo atención en tus palabras es la forma más fácil de detectar creencias y
pensamientos negativos. Y pregúntate: ¿me expreso de forma positiva? ¿Me estoy quejando? ¿Digo cosas muy duras y
difíciles para los demás y para mi mismo (a)?
Me pareció maravilloso un fragmento del libro los 4 acuerdos escrito por el
médico mexicano Miguel Ruiz, basado
en los principios de la sabiduría de los antiguos toltecas, Y se refiere al
acuerdo Nro. 1 “sé impecable con tu
palabra”
“Ser impecable con tu palabra es usar correctamente tu energía; significa
usar la energía en la dirección de la verdad y del amor a ti mismo. Si haces un
acuerdo contigo mismo para ser impecable con la palabra, simplemente con esa
intención, la verdad se manifestará a través de ti y limpiarás todo el veneno
emocional que existe dentro de ti.” También ese libro nos invita a usar el
verbo para compartir amor, comenzando contigo. Aprende a decirte lo maravilloso
y genial que eres, lo mucho que te amas. Aparte de que manifiesta que nuestra
voz es energía.
Es cierto nuestro vocablo es energía y tiene efectos en nosotros y el ambiente
que nos rodea. Nos ayuda a construir una realidad bonita o a destruir. Es muy
distinto el efecto en las relaciones de una palabra amable, comprensiva al de expresiones
de burla, ironía hacia un hijo, una
pareja, alumno o empleado, etc. Así que cuidado, no sólo devastas, saboteas lo
que quieres llegar a ser, tu energía, tus emociones, sino que además podrías
herir a los de tu entorno.
He notado que estamos familiarizados con expresiones duras, frías y
superficiales. En algún momento de la infancia, crecimiento y formación nos inculcaron creencias que hace hoy en día
que muchas personas les de pena y temor manifestar afecto y palabras de ventura a los
demás. Expresamos fácilmente quejas, lo que nos molesta, críticas y juicios; sin
embargo decir un te amo a nuestros seres queridos, una felicitación genuina, un
agradecimiento, lo que nos gusta o el reconocimiento de algo bueno eso es sumamente
difícil, un caso de terapia para muchos.
Quizás una de las razones de que eso ocurra es porque actualmente somos
bombardeados por la influencia de mensajes codificados con un lenguaje en el que se promueve lo superficial: el poder,
amor al dinero, sexo sin afecto, valorar a las personas sólo por su físico, la
violencia y desenfreno que nos invitan a vivir una vida loca y vacía. Esto lo
vemos en novelas, películas, canciones y
hasta las caricaturas infantiles, necesitamos rescatar las palabras de amor, la
expresión de la belleza, de lo genuino, de lo verdadero, tolerancia, respeto al
otro, rescatar lo que nos nutre el alma, la mente y el corazón, y que nos
permita construir una vida bonita.
Mi sugerencia es que prestemos
atención a las palabras que empleamos, pueden ser un veneno o una
dosis de luz, ámate y elige conscientemente usar el poder del lenguaje, Dios es amor y somos
sus hijos, no seas cruel con tus hermanos, ni contigo, busca la luz en ti y la
forma de expandirla a través de expresiones de afecto, simpatía y optimismo.
Paulatinamente irás detectando si tu lenguaje es agresivo, pesimista, etc.
Y ve reemplazándolo por agradecimiento, empatía, tolerancia, apoyando lo que
quieres lograr, hablar bien de las personas, eso te ayudará a ver el lado
positivo y bonito de las cosas, situaciones y de la gente. Es una forma de
sanar, te ayudará a conectarte mejor con tu yo interno, con los otros y con la
vida. Además será una poderosa herramienta con la que cuentas para afirmar,
decretar la manifestación de tus deseos.
Quizás no entiendas esto, pero sanándote ayudas al entorno y a tus
semejantes, cada vez que alguien descubre luz en si mismo hay menos oscuridad
en la humanidad, es una cadena. El
trabajo de cada quien es reconocer las palabras y su energía, el efecto que
pueden tener, para luego elegir en cada momento con cuales queremos crear
nuestra experiencia de vida.
Una
persona que ama a Dios bendice, agradece, expresa vitalidad, entusiasmo y energía
positiva por la vida; su vocabulario es amoroso, reconfortante para su bienestar
y el de los demás.
Para finalizar recomiendo un reto muy interesante creado en el 2006 por Will
Bowen, el cual propuso a su
comunidad “El reto de los 21 días” con el propósito de ayudar a eliminar
cualquier rastro de queja o lamento y sus nocivas consecuencias para el
individuo.
Una propuesta sencilla pero poderosa que consistió en: “Te colocas una
pulsera morada con la leyenda UN MUNDO
SIN QUEJAS y lo mantienes durante 21 días sin emitir ningún tipo de queja,
crítica o chisme”; así sea “me duele la cabeza” o “nada me está saliendo bien”.
Con resultados maravillosos para muchas personas que lo han realizado, así que
si lo quieres aplicar puedes hacerlo con un reloj, o una pulsera aunque no sea
de color morado. Lo importante es la intención y la perseverancia.
Si sanas tu comunicación tendrás mejor ánimo, menos dolores, relaciones más
favorables, mayor autoestima. Serás una persona más feliz y armoniosa. Abandona la queja, la crítica, la expresión agresiva y negativa. Busca
nutrirte de optimismo. Realmente esto exige ver el lado positivo de las
situaciones, de la gente y de la vida misma. Alimentar tu mente de cosas
buenas.
Lánzate en esta aventura
por tu transformación, ¡anímate!, utiliza conscientemente el poder de las
palabras y expande tu luz. Todos podemos transformarnos, nunca es tarde.
Te invito a que no te conformes con leer, con ser un simple espectador,
sino a que lo pongas en práctica, inténtalo. Al igual que tu estoy en este plano aprendiendo,
viviendo, al igual que tu se me presentan situaciones por resolver; y la mayoría
de las cosas que escribo son mensajes que
recibo directamente para mi, sin embargo con mucho gusto los comparto, los
retransmito porque sé que también son de utilidad para otros.
Bendiciones
Egleé Yadira
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