Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú, a ti debes hacerte
libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás:
recuerda a Jesús, amarás al prójimo como a ti mismo.
Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura
que estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz porque
la felicidad es una adquisición, no algo que te llegará de afuera;
además la felicidad no es un derecho, sino deber porque si no eres feliz
estás amargando a todo el barrio.
Facundo Cabral
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