La sociedad ha inculcado a las
personas que la posesión de riqueza es
muy importante para ser respetado, para hacerse notar ante los demás, esto ha
generado un concepto errado sobre la valía como ser humano y complejos de superioridad
en algunos y de inferioridad para aquel que no la posee. Es por ello que mucha
gente dedica su vida entera a conseguir bienes que le den un estatus, fama,
viajes, lujos, etc.
Desde este punto de vista la riqueza se define como estado de
abundancia de bienes y objetos que ostentan un importantísimo valor monetario. La
mayoría cree que este tipo de fortuna asegura la felicidad y como dice el
refrán ¿Dime cuánto tienes y te diré
cuánto vales? Y esto ha
hecho que la gente confunda el objetivo de su vida, enfocados en obtener dinero, dinero, dinero; es lo que convierte a muchos en corruptos, estafadores
y hasta asesinos. Otros en esclavos de sus posesiones, de sus empresas. Por
otra parte al que no logre obtenerla en un ser frustrado porque
siempre pensó que si no tenía posesiones jamás podría ser feliz ya que su peor
desgracia era ser pobre.
¿ES MALO TENER RIQUEZA,
POSESIONES? ¿ES UN PECADO?
Tener posesiones materiales no es un pecado, hay que
romper el paradigma de que “el dinero es malo”, “el dinero es sucio”, “los pobres nunca pueden
levantar cabeza”, etc. El hecho de que
una persona sea exitosa a nivel monetario no es algo negativo; los millonarios
tienen empresas que generan una cadena de circulación del capital. Producen
bienes y servicios para satisfacer demandas del mercado y generan fuentes de empleo, lo cual es importante para que haya abundancia y progreso, necesario
para la dinámica de la vida moderna en beneficio de la economía de los países y
el bienestar de sus habitantes.
Que una persona prospere a través de
su trabajo está bien, es justo. Todos tenemos el derecho y el deber de
trabajar, pues poseemos un cuerpo físico que alimentar, vestir, mantener y
necesidades de recreación que requieren ser satisfechas. Además garantizarse
seguridad a través de una casa, ayudar a nuestros familiares económicamente,
independizarse con un negocio si así lo deseas, viajar por el mundo si eso te
da satisfacción, etc. Es maravilloso y gratificante superarse, auto realizarse
y prosperar a través de la actividad digna que nos gusta hacer. De hecho en la
biblia exaltan el valor del trabajo.
Lo que si resulta peligroso es dirigir el propósito de tu vida a la acumulación de dinero, cuando
amas la riqueza material más que
cualquier cosa, cuando la idolatras como fuente de felicidad, poder,
estatus. Cuando crees que tu valía depende de lo que posees y malgastas tu
tiempo, salud, sacrificas compartir con tus seres queridos por la fortuna, fama.
Y lamentablemente en los casos más dramáticos surge la ambición desmedida y la
avaricia; capaz de violentar los principios morales a través de actos egoístas como:
engañar, estafar, hacer daño, robar, asesinar. Y al final descubren que es una
ilusión, terminan como seres vacíos que sólo tienen patrimonio y falsas
amistades, porque esto atrae a muchos interesados.
Ahora bien, la
siguiente frase que quiero compartirles la escuché en una conferencia de un Pastor Mexicano por
televisión y decía algo así:
LA RIQUEZA NO ESTÁ EN LO QUE
POSEO, SINO EN CÓMO VIVO, EN MI MENTE, EN LO QUE DOY Y EN CÓMO ME DELEITO EN
DIOS
LO QUE TENGO NO DETERMINA MI
VALOR.
Hay gente que se discrimina día a día por sus escasos recursos económicos,
expresan “soy un pobre diablo que no tengo nada”. La sociedad clasifica, divide
a las personas en clases sociales, entre pobres y ricos. No hagas eso, jamás te subestimes, respétate pues eres hijo del
creador de este universo.
Además muchos nacen en medio de precarias condiciones financieras y más
adelante logran el éxito, ese estado cambia pero sigue siendo el mismo hijo de
Dios. Así como muchos millonarios pierden fortunas y quedan en la quiebra.
Con el ejemplo anterior se deduce que
la riqueza material es variable, a lo largo de nuestra vida tenemos épocas
de bonanza financiera y otras de estrechez, sin embargo nosotros como humanos
valemos lo mismo ante nuestro padre celestial independientemente del vaivén de
la economía.
El valor de cada ser humano es incalculable, porque no existe precio para
ello. Aquel que lo desconoce, que lo ignora es capaz de profanarse. Cuando una
persona se ama y es consciente del amor de Dios hacia cada uno de nosotros se respeta, no se etiqueta como pobre, es
capaz de resistir tentaciones que violen sus principios, no le pone precio a su
cuerpo, ni se deja utilizar como mercadería para fines macabros.
LA RIQUEZA ESTÁ EN MI MENTE,
EN CÓMO VIVO, EN LO QUE DOY.
Si no eres capaz de alegrarte por la prosperidad de los demás, hay pobreza
en tu interior. Cuando el vecino, un amigo te cuenta que se compró un carro, que
ganó una excelente comisión en dólares, o que se va de viaje por un mes a
Miami. ¿Te alegras por él? Bendices su
prosperidad o en el fondo te da envidia, rabia.
Y te preguntas ¿por qué él y yo
no?
En cambio cuando bendices su prosperidad, cuando sientes alegría de corazón
de que a otro le vaya muy bien, tienes riqueza en tu alma. Revisa ¿eres
egoísta? ¿Sientes envidia? ¿Quieres sólo progresar tú y los tuyos? Alégrate por
la bienestar de los otros y decreta pronto llegará a mi, la ventura se está
acercando.
Por otra parte es importante entender que la prosperidad está en la mente,
es parecido al trillado ejemplo del vaso medio lleno o medio vacío. Para muchas
personas sus posesiones son motivo de inquietudes y sufrimientos, viven con un
constante miedo de que aún no tengan lo suficiente, preocupados por el vaivén
de la economía, quejándose que gastaron aquí o allá.
Cuando en tu mente tienes pensamientos prósperos, estás con una actitud
positiva, no te quejas, les deseas el bien a los demás, pones tu atención en la
abundancia del universo. Cuando te enfocas en ver oportunidades, disfrutar de
lo que posees con alegría, agradeces día a día tus bendiciones. Todo fluye… y
ya serás un ser próspero que pronto se materializará.
LO QUE DOY…
¿Eres generoso (a)?
Un ejemplo típico cuando visitas casas de gente clase media, lujosas y a
pesar de su lujo no te ofrecen ni un
vaso con agua. Por el contrario en casas humildes te tratan como un invitado
especial, y te ofrecen almuerzo delicioso, postre y hasta frutas de su patio
para llevar. ¿Cuál de las dos da con riqueza? ¿En tu casa atiendes a tus invitados
con austeridad o con prosperidad?
¿Eres capaz de dar una propina, o entras en el rango de esos a los que les
duele? Si bien es cierto no es bueno propiciar la mendicidad, ¿cómo es tu
capacidad de dar, de regalar? ¿Qué tan fácil se te hace desprenderte de algo
para ayudar, compartir? Cuando das un obsequio ¿buscas lo más económico? ¿Tus
propinas a los chicos de embalaje en el mercado son los billetes de 2 BSF.?
Citando a nuestra querida autora Luz Stela Rozo “Dar es una parte
importante de recibir”. Cuando das con amor, entusiasmo y gozo a otros, te
estás dando cosas insospechadas a ti. Es
una energía que regresa a ti multiplicada, así que practica la generosidad de
corazón.
No obstante para DAR y ser generoso no es se refiere nada más que al dinero y bienes
materiales, hay cosas más valiosas como por ejemplo dedicar tiempo para los
tuyos y tu prójimo. Dar amor, comprensión, hay mucha gente que necesita que
alguien le escuche. Interesarte genuinamente por los demás, involucrarte. Es necesario
acotar que algunas personas que se
dedica a realizar obras benéficas y pasar tiempo con el prójimo tienen a sus
familiares directos abandonados de afecto, no visitan a sus padres, no hablan
con su pareja o con sus hijos. Así que
debes tener un equilibrio en esto.
¿Brindas buena atención a tus clientes, a tus compañeros de trabajo? Pues estamos
acostumbrados al maltrato más que al buen trato, nos gusta ser bien recibidos
pero tú ¿cómo atiendes a los demás?
¿CÓMO VIVO?
Se conocen muchos casos de familias residenciadas en complejos urbanísticos exclusivos, casas enormes
y lujosas, sin embargo se la pasan
peleando, tienen problemas con los hijos, o no tienen hijos. El esposo le es
infiel a su mujer y a su vez ella también a él. Los hijos tienen juguetes caros
pero se sienten solos ya que sus padres no tienen tiempo para ellos. Muebles
lujosos y no se sientan juntos para compartir. Juego de comedor bien bonito el
cual no disfrutan casi nunca comen alrededor de la mesa, sino para exhibirlo y
para las visitas. Viven de apariencias, no es un hogar, no comparten, no se
comunican, escasez de tiempo y afecto, entonces
es un espejismo.
Por el contrario podemos encontrar hogares de bajos recursos económicos, en
los que se percibe un ambiente lleno de
calidez, unión, amor, armonía de una familia sencilla y
bonita. El padre juega con sus hijos, se sientan alrededor de la mesa y
supervisan las tareas de los niños. Que tal vez en su casa sus pisos, paredes y
muebles no sean de lujo, pero existe amor y esa es riqueza intangible.
Esto me hace recordar mi infancia cuando visitaba algún domingo la casa de
mi abuela materna, todos los nietos nos sentábamos alrededor de la mesa y nos servían
sopa, era muy divertido, divino compartir todos juntos. Son momentos de
felicidad de mi vida en familia que jamás olvidaré, de paso la comida de las
abuelas siempre son las mejores. ¡Gracias abuela Emilia!
Con estos ejemplos viene a mi mente una frase que veía en las camionetas de
pasajeros y dice: “el dinero puede comprar una casa, pero no un hogar”
Entonces ¿vives en amor? ¿Tienes una hermosa familia? ¿Eres buen hijo (a)?
¿Buen hermano (a)? ¿Compartes con tus padres, pareja, familia?
Otra pregunta importante es: ¿Cómo está tu casa? Desordenada, sucia. Para
que un hogar exprese abundancia es necesario un ambiente limpio, ordenado, que sea agradable, con
algunas plantas, inclusive colocar algunas flores sencillas. Que la energía sea
de armonía, la riqueza y bendición de Dios no combina con el desorden.
¿CUÁL ES MI RIQUEZA?
El término riqueza es mucho más amplio que lo material, puede
referirse a la abundancia de cualquier otro tipo de cosa: espiritual, del
suelo, riqueza mineral de cierta agua, la riqueza nutricional de un alimento etc.
Así que la definición de este término en su sentido más amplio es
abundancia. No obstante también podríamos agregarle que es actitud ante la vida, pues es
la capacidad de disfrutar de lo que se tiene, y no tanto la cantidad sino la
calidad de lo que posees. Particularmente
me gusta mucho el concepto que la define como: ”cosas de
gran valor”, valor es
diferente a precio.
Entonces te invito a que
analices ¿qué cosas de gran
valor tienes?
Y te recordaré algunas que seguro has pasado por alto:
Todos nosotros tenemos riquezas de incalculable valor, como por ejemplo LA VIDA, esto es lo más valioso que
tienes, con ella puedes lograr y
disfrutar todo lo que te propongas, sin ella ya no hay nada que hacer. Muchas personas quisieran tener la
posibilidad de al menos un mes más de vida, no tienes ni idea en este momento
en que estas leyendo estás líneas de cuántos guerreros y guerreras están
luchando por vivir. Este regalo tan maravilloso lo da es el Todopoderoso, ni
con todo el dinero, posesiones del mundo alguien puede comprar minutos de vida
cuando ya es el momento de partir. Así que tu respiración en este instante te
indica que aún el padre te está dando la oportunidad de disfrutar de su
creación en este plano, aprovéchalo para ser feliz, para regocijarte en Dios.
Otro de tus tesoros es tu
cuerpo, el cual está hecho a la perfección, es un milagro. Poder
ver, escuchar, degustar, caminar, poder moverte. Son cosas que haces
día a día, ¿estás consciente de ello?
¿Tienes salud? ¿Te sientes bien?
Entonces felicitaciones eres una de las personas más ricas del mundo, tienes razones para sentirte
afortunado (a). ¿Disfrutas de esto?
Otra de tus riquezas: “La libertad”, el hecho de que puedas
ir y venir, hacer lo que quieras, pasear dónde te plazca, pregúntale a un
secuestrado, o a los presos cuánto la añoran.
Recuerdo una entrevista que vi en la
televisión a una de las mujeres más altas del mundo. Ella por su estatura tuvo
una caída, y estuvo varios meses sin poder levantarse de la cama, le
preguntaron ¿qué la haría feliz? Y su respuesta me conmovió fue tan sencilla,
ella sonrió y dijo que el día que se pudiese volver a bañar sola sería algo
maravilloso. Eso me llegó al alma, nosotros que vemos cada uno de estos actos
como una rutina, cuando lo pierdes lo valoras.
Además son parte de tu tesoro: tu familia, amistades verdaderas, tus
talentos y tu experiencia de vida.
¿CÓMO ME DELEITO EN DIOS?
Una de tus mayores riquezas es la relación con Dios. Esa es la amistad
más valiosa que puedes tener, ya que el siempre estará contigo, en los buenos
momentos y en las pruebas difíciles, el conoce tu corazón. Cultiva esa
relación, no esperes por favor el último momento para buscarlo, disfruta de la
paz, del amor, alegría y fortaleza que te da la relación con el todopoderoso.
Agradécele, ámalo. No pongas tu fe en otro ser humano, nadie es perfecto y por
algo estamos en este plano; en cambio Dios es nuestro padre, es el creador y el
nunca te va a defraudar. Deléitate en él y en su obra.
Finalmente quiero recordarte que
viniste a este mundo desnudo, sin nada y
te irás sin nada. Tal vez si tu familia decide darte sepultura te pondrán tu
mejor ropita y una almohada. Del resto todo lo material que logres poseer se
queda acá, será la herencia para otros, ya que
no podrán colocártelo en tu urna y cremarlo con tus cenizas sería un
desperdicio.
De hecho la semana pasada fui al Cementerio al sepelio de un tío, y
observé las tumbas que estaban alrededor,
las del panteón, las que ya no tenían cruz, las de los angelitos. Bueno mi
reflexión es tanto rollo y allá vamos a parar: tantas experiencias,
preocupaciones, vanidad, estrés, apariencias, sufrimiento, alegrías, tristezas
y lo que queda es una cruz que indica el nombre de la persona, en los casos que
aún se logra descifrar.
En ninguna de esas tumbas vi carros, ni dólares, televisores, títulos de
propiedad, pues ni flores tenían. Ya no necesitan nada de eso.
Entonces si en menos de 24 horas horas después de muertos nuestros cuerpos
se descomponen ¿por qué tanta vanidad, ambición, estrés? No te compares con
nadie, no eres más ni menos que otra persona; todos volveremos al polvo tengamos
o no dinero; al menos que te congelen como Walt Disney. Así que disfruta, siéntate y reflexiona
si estás siendo feliz, si eres útil, no desperdicies el regalo que Dios te ha
dado. Al nacer ya eres rico (a), sin embargo no es sólo tener la vida, sino tu
capacidad para disfrutarla eso es lo que va a determinar tu riqueza.
Deja el afán por lo material, busca la riqueza espiritual que esa nadie te
la puede quitar. Esa es la que te vas a llevar.
Ten una existencia digna, se fiel a tus principios, ten un equilibrio en
tus metas, regocíjate en nuestro padre todopoderoso. Que al final de tu estadía
acá no dejes sólo dinero y posesiones sino un buen ejemplo para los tuyos. Y
que la gente que asista a tu sepelio vaya porque te apreciaba, porque compartió
bonitos momentos contigo y no aves de rapiña que van a pelear tu herencia. No
sufras tus posesiones.
Si tienes hijos, sobrinos incúlcales valores, ofréceles herramientas para
que se defiendan en su camino, enséñales el valor del trabajo, educación,
guíalos para que cultiven su relación con Dios, la importancia de obrar bien y
de los buenos sentimientos, esa será la herencia más importante.
¡Así que tienes vida! Dedícate a lo
que te gusta, a ser feliz, a expresarte, a ser tu mismo, a deleitarte de tu
existencia, y el éxito económico vendrá por añadidura, sin tener estrés. Que el
dinero no te domine, estar claro
que no es la razón de tu existencia,
sino un instrumento para hacer cosas, compartir, ayudar a otros. Usarás lo
material como medio, no como tu misión.
Recuerda que las
cosas más valiosas ya nuestro padre celestial te las ha dado y las puedes
disfrutar día a día.
Egleé Yadira Fábrega